Incluso la ciencia pudo comprobar el poder de la meditación para cambiar nuestro cerebro. Dedicar algunos minutos a meditar durante 8 semanas, puede cambiar la conformación de la materia gris en áreas conexas a la empatía, la memoria, la atención y la gestión del estrés. Cada vez más son las personas que adquieren esta práctica en el mundo, sin importar su edad, sexo o religión, ya que la meditación transforma positivamente nuestra mente y nuestro cuerpo, gracias a sus innumerables beneficios.
A continuación, te contaremos todo lo que necesitas saber para adaptar esta técnica a tu vida diaria y para que puedas disfrutar de los maravillosos cambios que tendrás, una vez que la hayas vuelto parte de tu rutina.
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¿Qué es la Meditación?
La meditación es un viaje transcendental de conocimiento propio, donde se busca explorar nuestra consciencia mientras reflexionamos sobre uno o varios temas intentando lograr una cognición profunda, alcanzar un nivel de compresión y plenitud mental que nos ayuda a alcanzar la sabiduría y la paz.
La meditación está estrechamente relacionada a nociones abstractas e inmateriales como el poder de la mente y la fuerza del espíritu, nociones que no escapan de la dimensión humana y que cada día generan más preguntas, abriendo una puerta a la búsqueda incesante del conocimiento y la espiritualidad.
Cuando hablamos de meditar suele asociarse a prácticas de herencia oriental, algunas más famosas que otras como el Hatha Yoga o suele acuñarse a una religión en específico como es el caso del budismo, sin embargo, en occidente el arte de meditar también ha estado presente, solo que no de forma estructurada como ha podido observarse a lo largo de los siglos en diferentes países orientales. En occidente, las personas han aprendido a meditar por medio de la oración que después de todo es otra forma de meditación y quienes no son adeptos a una religión, meditan cuando buscan comprender alguna circunstancia en sus vidas o conocerse a sí mismos.
¿Qué beneficios tiene la meditación?
Muchas veces, nos encontramos en estados de reflexión que sin llegar a ser una meditación formal, se convierten en una estrategia de nuestra mente consciente para ordenar nuestras ideas y despejar aquellos pensamientos que nos agobian, como una forma de generar más soluciones a nuestros problemas. En este sentido, la mente ha buscado activar este mecanismo porque es factible y funcional, es decir, hemos estado meditando sin darnos cuenta.
¿Qué ocurre cuando decidimos implementar la meditación como una práctica regular en nuestra vida diaria? Los beneficios suelen ser fenomenales:
- Ayuda a superar la ansiedad: La ansiedad es un malestar moderno que cada día toma más fuerza como enfermedad, dejando de ser parte de un conjunto de síntomas. Este padecimiento causa mucha inestabilidad emocional, espiritual, mental y física y puede ser superada gracias a la meditación y sus mecanismos enfocados en relajar nuestro sistema nervioso y liberar tensión.
- Mejora los ciclos del sueño: La meditación nos garantiza un descanso más profundo y sereno, ideal para personas con trastornos del sueño.
- Alivia el estrés de forma significativa
- Te garantiza más salud y bienestar físico, además que mejora tu rendimiento laboral, así como tu relación con los demás y el medio que te rodea.
- Reduce el riesgo a sufrir enfermedades cardiovasculares o propias del sistema nervioso
Así pues, son muchos los beneficios que lograrás alcanzar, una vez que hayas incorporado la meditación como parte de tu día a día.
Si quieres conocer los beneficios de meditar diariamente.
¿Cómo meditar?
Como explicamos anteriormente, aunque muchas personas han logrado meditar en un momento de sus vidas sin darse cuenta, la meditación formal contiene en sí una serie de pasos para alcanzar un conocimiento mayor, mayor compresión de nuestros pensamientos y nuestros actos, además que meditar correctamente nos ayudará a lograr todos los beneficios que ya conocemos.
Por tanto, es importante destacar dos puntos fundamentales en la meditación que debes conocer: La Postura y La Respiración.
La postura
Aunque algunas doctrinas como el yoga, se valen de determinadas posturas o asanas a la hora de meditar, no existe una postura única e invariable. La recomendación principal cuando se va a escoger una postura para comenzar con la meditación, es que el cuerpo se encuentre lo más libre de tensión posible. En este sentido se recomienda encontrar una posición cómoda, en la que el cuerpo siga manteniéndose en estado de alerta.
¿Qué quiere decir esto? Si la meditación es un viaje de conocimiento y comprensión más profundo de nuestros pensamientos, lo ideal es permanecer despiertos y vivir esta experiencia por completo. Por tanto, se desaconseja meditar acostados, ya que esta postura sumada a las respiraciones puede hacernos entrar en estado de sueño y se perdería el sentido de la meditación.
Así que basta con encontrar una posición cómoda y relajada, en la que el cuerpo consiga ayudarnos a ordenar nuestras ideas y pensamientos sin distracciones. Esta posición dependerá de la condición de cada quien, las personas que sufren algún tipo de dolor deben encontrar la posición que mejor se adapte a sus necesidades físicas. Existen talleres de posturas para meditar que nos ayuda a conocer mejor a nuestro cuerpo y a aprovechar mejor, todos los beneficios de esta técnica milenaria.
La respiración
Una de las partes más importantes y determinantes al momento de meditar, sin duda es la respiración. Pese a que se ven más involucrados los órganos del sistema respiratorio como es de esperarse, el acto de la respiración mientras meditamos es algo que involucra todo nuestro cuerpo.
La respiración nos da el ritmo interno de nuestro proceso de meditación. Lo ideal es que una vez que hayas encontrado la postura correcta, inhales suave y profundamente por la nariz y exhales por la boca para conseguir ese ritmo tan necesario.
En el yoga, suele inhalarse el aire por la nariz y exhalar por la nariz también. Este tipo de respiración nos ayuda a concentrarnos más rápidamente mientras que fortalece nuestro aparato respiratorio y nos ayuda a entrenar los músculos involucrados en la respiración.
Dependiendo del tiempo que vayas a durar meditando puedes hacer respiraciones más profundas y lentas, un poco más rápidas y si practicas yoga, puedes acompañar la respiración de algún mantra que te ayude a conseguir un mejor resultado.
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¿Cuánto tiempo tengo que meditar?
Comienza por meditar durante el tiempo que consideres necesario y con el cual te sientas confortable. No importa si son tan solo 5 minutos, lo importante cuando buscas adaptar la meditación a tu rutina diaria, es lograr internarte dentro de ti, escuchar a tu cuerpo y dejar que tus pensamientos fluyan. Esto es lo primordial, una vez que lo consigas podrás ir adaptando el tiempo poco a poco a tu ritmo propio, si estas empezando empieza con una Meditación Guiada para ayudarte en el camino.
Dependiendo del tipo de meditación que realices, notarás que la duración para cada una es diferente: 15 minutos, 22 minutos, media hora, una hora, incluso descubrirás que hay sesiones de meditación que pueden durar tres horas. Sin embargo, estas rutinas más extensas pertenecen a ciertas escuelas donde le dan una gran importancia a la meditación, sin que sea necesario que dures tres horas meditando para empezar a disfrutar de todos sus beneficios.
La clave está en hacerte el tiempo, en determinado momento del día. Consigue un lugar donde reine la paz, lejos del ruido y el desorden, un sitio en el que puedas permanecer el tiempo que necesites y puedas relajarte totalmente y dedicar este tiempo tan necesario para tu mente, tu cuerpo y tu espíritu.
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